¡Hola de nuevo! El pasado jueves 4 de este mismo mes de abril nos fuimos todo el grupo a nuestro ya tradicional campamento de Semana Santa. El lugar elegido, una vez más, fue Villar del Pozo, un pueblo que una vez más nos acogió con todo el cariño del mundo y al que desde aquí queremos dar las gracias. Como ya he dicho la acampada comenzó el jueves, todo el mundo llegó por la mañana y a las 11 ya habíamos comenzado las actividades. Nos quedaban un total de 4 días y 3 noches para pasarlo en grande, afianzar lazos y compartir cientos de vivencias. A las 11 hicimos alguna danza y algún jueguecillo todos juntos y a las 12 comenzamos una gymkhana con todo el grupo donde participaron desde el castor más pequeño hasta el ruta más mayor; la verdad es que fue muy divertida y tuvo ese "algo" especial que tienen todas las actividades de grupo. Después de comer cada unidad comenzó a hacer sus actividades: los diques, las cazas, las aventuras... Al terminar la cena todo el mundo nos fuimos a ver la velada que cada unidad había preparado. Fue una velada completísima: bailes, actuaciones, canciones, pero sobre todo muchas risas. Finalizamos el día con las pilas agotadas y lo que tocaba era dormir para recuperar energía para el día siguiente. El viernes se presentó algo lluvioso y las actividades tuvieron que ser de interior, pero no por ello menos divertidas. En vez de correr durante todo el día tuvimos tiempo para hacer talleres, reflexiones, jugar a juegos de interior y de mesas... en fin, fue una mañana bastante relajada, aunque por la tarde volvió a salir el sol y todo volvió a la normalidad: juegos, carreras, gymkhanas, marchas... Después de cenar comenzamos con el juego nocturno. Los niños estaban encerrados en el reino de una bruja maligna, que les había robado su nombre, y tenían que ayudar a los personajes de ese reino para así poder recuperar su nombre y que todo volviese a la normalidad. Hubo pruebas muy originales y la verdad es que acabamos muy agotados. El sábado amaneció soleado. "Sobre el cielo azul ya brilla el sol", cantábamos en el cuadro de la mañana, y la verdad es que razón no nos faltaba. Cada uno realizó sus actividades durante todo el día, excepto en la hora de los cantos en la que nos juntamos todo el grupo como es costumbre. Tras tres intensos días llenos de actividades ya se notaba el agotamiento en la cara de la gente y por eso el sábado, después de cenar, cada unidad hizo una pequeña actividad pero pronto nos fuimos todos a dormir, ya que el dom

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