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Carnaval Scout


Ayer fue uno de esos días que difícilmente podrá ser borrado de las memorias de todos los que estuvimos presentes en la fiesta de carnaval de nuestro grupo. Quedamos con todos los padres en la plaza de Villar del Pozo a las doce y a esa hora ya nos habíamos juntado un buen puñado de personas preparadas para una fiesta de carnaval como Dios manda: disfrazados. El sol de por la mañana ya auguraba un buen día y tras unos pequeños preparativos todo estaba listo para comenzar. El pueblo combinaba sus fachadas azules y blancas con el colorido que se desprendía de todos los disfraces de los niños. Había disfraces de todo lo que podíamos imaginarnos: un ninja, un oso panda, un pacman... Los pioneros se encargaron de preparar una gymkhana por todo el pueblo en la que participaron tanto niños como padres y en la que nos lo pasamos fenomenal; hubo pruebas de habilidad, de inteligencia, de rapidez... lo que es un gymkhana bastante completa. ¡Muchas gracias a los pioneros! Tras una buena dosis de movimiento nos fuimos todo el grupo (padres, niños y monitores) al lugar donde el alcalde nos había organizado una estupenda paella para comer. Entre que se terminaba de preparar la comida y no, decidimos montar los altavoces y hacer de aquello una verdadera fiesta. La música sonaba y los cuerpos empezaban a dejarse llevar por el ritmo que se producía. Al poco tiempo llegó el momento de comer. La paella que nos habían preparado en el pueblo estaba exquisita, no se le podía poner ningún "pero". Además, después de tanto movimiento y tanta energía gastada un plato así de paella venía estupendamente para recuperar fuerzas. Justo después de comer llegaría el concurso de postres. Si la comida estaba rica, qué decir de todas estas tartas y bizcochos que habían preparado los padres con todo el cariño del mundo. Tartas de varios chocolates, de piña, con naranja, con virutas de coco... ¡Fue impresionante! Un verdadero espectáculo donde el protagonista principal era el dulce. Tras deliberar el jurado quienes fueron los ganadores del concurso de postres y del concurso de disfraces la fiesta podía seguir con un poquito de música, y así fue, todo el mundo se fue a bailar. A partir de las 16.30 la gente ya empezó a marcharse para descansar en casa, pues había sido un día bastante duro y no tardamos en finalizar la fiesta. Una fiesta en la que reinó la felicidad, las sonrisas y el buen rollo. Desde aquí queremos agradecer a todos los padres el que vinieran con todo la ilusión del mundo para que pudiésemos pasar un buen rato todos juntos, al pueblo por acogernos una vez más y prepararnos la estupenda comida que nos preparó y a la directiva del colegio que vino a hacer una visita a nuestra actividad, lo cual significa mucho para nosotros.


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